Los dimisionarios intentaron convencer al presidente para que dimitiese para facilitar la dirección del club hasta la convocatoria de elecciones, la fecha resultaría de la próxima asamblea anual de socios compromisarios a celebrar en septiembre de 2008. Laporta se negó a dimitir y desveló su intención de nombrar cuatro nuevos directivos -solo contaba con 10 tras ésta dimisión- para cumplir con los estatutos del club, que dictan el cese de la junta directiva tras la marcha del 75% de los miembros de la junta.
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